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La Reina de las abejas Print E-mail

Había una vez tres hijos de un rey donde los dos mayores se fueron a recorrer el mundo pero cometieron tantas tonterías que no se atrevieron a regresar a casa, así que en su búsqueda fue su hermano menor Simplicio.

Después de haberlos encontrado, por el camino a casa encontraron un hormiguero que los hermanos de Simplicio querían destruir, luego encontraron unos patos que querían asar y más allá encontraron un panal de abejas que quisieron quemar, pero Simplicio no dejo hacer a sus hermanos ninguna travesura.

Al final del camino llegaron a un castillo donde no habitaba nadie, excepto un anciano mudo que condujo al hermano mayor a una mesa de piedra sobre la que habían escritas tres pruebas que debía superar para desencantar el castillo, la primera era encontrar las mil perlas que la princesa había perdido en el bosque y si no las encontraba se convertiría en piedra, y así fue, como no las hallo todas quedó petrificado.

Lo mismo le sucedió a su otro hermano ya que tampoco las reunió, luego llegó el turno de Simplicio que tampoco pudo encontrarlas, pero contó con la ayuda de las hormigas que él había salvado de sus hermanos y estas le reunieron todas las perlas.

Luego le toco la segunda prueba, que consistía en encontrar la llave del dormitorio de la princesa en el fondo del lago, allí encontró ayuda en los patos que había salvado de ser asados por sus hermanos, y la tercera prueba era escoger a una princesa entre tres que estaban dormidas, y saber cual de todas era la mas joven y había tomado miel, en ese momento se presentó la abeja que había salvado de las travesuras de sus hermanos, posándose sobre los labios que olían a miel y así Simplício pudo saber cual había tomado miel y el hechizo se rompió.

Simplício se casó con la princesa convirtiéndose en rey y fueron todos felices por siempre.

Marlen (Pontevedra).

 
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