Un mundo nuevo |
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Erase una vez, hace ya mucho tiempo, un niño y una niña de 8 años los dos que juntos consiguieron hacer un mundo nuevo, un mundo que solo ellos dos conocían. Todo esto con un poder que solo ellos consiguieron realizar, un poder que ningún adulto poseía: La imaginación. Su mundo era grande, muy grande, como ellos lo imaginaban. Tenia muchos árboles, el sol siempre relucía, había muchísimos animales de todos los tipos: perros, gatos, caballos, pájaros, peces, ballenas, delfines, leones, tigres... Allí tenían su casita, una casa de madera entre dos árboles, por dentro era bonita, muy grande y tenia espacio. Los dos chicos venían siempre a este “mundillo” que se habían creado entre los dos, e invitaban a sus mejores amigos a conocerlo, todos ellos aportaban sus ideas, sus sueños, sus alegrías... Y poco a poco este mundo fue creciendo, y creciendo... Hasta llegar a tales dimensiones que ningún adulto podría nunca conseguir. Los chicos crearon una gran comunidad, y a todos sus amigos y amigas les invitaban a este mundo. Pero esto no duró mucho, con los años empezaron a ir menos al mundo y este se debilitaba poco a poco ya que no había niños que siguieran con lo creado, esto ocurría porque ellos se hacían mayores, perdían sus sueños, sus ilusiones, sus alegrías..., todo. Pero llegaron mas niños como tu, jóvenes, que crearon mas cosas a este mundito, pues los niños que al principio poblaron este mundo, contaron a sus hijos todo esto, y ellos siguieron en este mundo. La moraleja de esta historia es: nunca pierdas la imaginación, porque el humano recae sobre esto, sigue teniendo confianza en tus sueños e ilusiones, porque sin ellas no puedes vivir. Esto te lo cuenta alguien que perdió la ilusión hace mucho, pero aun sueña en conseguir recuperarla. Cuento enviado desde Málaga por |
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