Aladino y la lámpara maravillosa |
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Página 1 de 6 Erase una vez una viuda que vivÃa con su hijo, Aladino. Un dÃa, un misterioso extranjero ofreció al muchacho una moneda de plata a cambio de un pequeño favor y como eran muy pobres aceptó. -¿Qué tengo que hacer? -preguntó. -SÃgueme - respondió el misterioso extranjero. El extranjero y Aladino se alejaron de la aldea en dirección al bosque, donde este ultimo iba con frecuencia a jugar. Poco tiempo después se detuvieron delante de una estrecha entrada que conducÃa a una cueva que Aladino nunca antes habÃa visto. - ¡No recuerdo haber visto esta cueva! -exclamó el joven- ¿Siempre a estado ahÃ? El extranjero sin responder a su pregunta, le dijo: -Quiero que entres por esta abertura y me traigas mi vieja lámpara de aceite. Lo harÃa yo mismo si la entrada no fuera demasiado estrecha para mÃ. -De acuerdo- dijo Aladino-, iré a buscarla. -Algo mas- agrego el extranjero-. No toques nada mas, ¿me has entendido? Quiero únicamente que me traigas mi lámpara de aceite. |
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